En el derecho civil salvadoreño, la segregación es el acto mediante el cual un propietario divide un bien inmueble en dos o más partes para destinarlas a diferentes fines, ya sea para su venta, donación, o para cualquier otro propósito. La segregación no implica una venta o transferencia de propiedad, sino solo la división de un bien en varias parcelas o unidades, que posteriormente pueden ser objeto de transacciones por separado.
Características de la segregación en El Salvador:
- División de un inmueble: La segregación se refiere a dividir un inmueble en partes independientes, cada una con su propia identidad legal. Esto puede implicar, por ejemplo, dividir un terreno grande en varios lotes más pequeños.
- Requiere aprobación legal: Para que una segregación sea válida, generalmente es necesario cumplir con ciertos requisitos establecidos por la ley, como la autorización de las autoridades municipales o del Ministerio de Vivienda, dependiendo del tipo de propiedad y su ubicación.
- Registro: Una vez que la segregación ha sido realizada, cada nueva parcela o unidad debe ser registrada en el Registro de la Propiedad para que adquiera validez jurídica y sea posible realizar futuras transacciones sobre cada una de ellas.
- Propósito: Las segregaciones suelen realizarse para facilitar la venta o el uso independiente de las porciones del inmueble, aunque también pueden darse en contextos como la planificación urbana o el reparto de bienes entre herederos.
En resumen, la segregación es una figura legal que permite dividir un bien inmueble en varias unidades, con fines de venta o de organización de la propiedad, siempre bajo la supervisión y regulación de las autoridades correspondientes.